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martes, 13 de marzo de 2012

Bienvenidos

En este blog,  encontraréis todo mi trabajo: mis poesías, novelas y relatos cortos.
Ésta es la presentación de mi primer trabajo, "El último cuento". Un relato que se ha hecho con fines benéficos para una de las hermandades de mi pueblo, Belalcázar.  "Josele"

Mi nombre completo es José Molera Torrico y nací en Belalcázar un 9 de Diciembre de 1948.
Mi vida profesional fue muy corta desgraciadamente, ya que a los treinta y tantos años los médicos me diagnosticaron una grave enfermedad.
Rápidamente me ingresaron en un hospital para recuperarme de aquella grave dolencia que padecía. Tres meses, -me dijeron. Pero aquellos tres meses se multiplicaron, no quiero recordar por qué número. A medida que pasaban los días, la estancia en aquel “Hotel” se hacía interminable.
Poco después conocí a un gran escritor, (guionista de cine). Ambos coincidimos ingresados en la misma sala, y como allí el tiempo nos lo daban gratis, los dos nos hicimos buenos amigos mientras ambos intentábamos recuperarnos de la misma enfermedad. Él no parecía ser muy creyente, pero no le importaba que yo tuviera en mi mesita una foto de nuestra Virgen de Consolación, ni que le hablara de nuestra romería, porque era de estas personas que decían: “Soy ateo, gracias a Dios”. Al principio no tenía mucho trato con él, porque lo único que este hombre hacía en todo el día era escribir y escribir, pero poco a poco nos fuimos conociendo y aprendí algunas cosas buenas de él.
Recuerdo mucho unas palabras que siempre me repetía, una y otra vez: “Nadie puede sentirse orgulloso -me decía-, si después de haber superado infinidad de pruebas, no ha escrito un libro antes de morir, (aunque sea muy malo) –ultimaba mirándome muy serio”. Y aunque yo, aquellas palabras las tuve siempre muy presentes, nunca me atreví a escribir nada, porque consideraba que ese no era mi más preciada afición.
Durante mi estancia en aquel hospital, escribí algunos poemas cortos y poco más, pero ahora he vuelto a recordar las palabras de aquel hombre y desde hace algunos meses, intento escribir una novela, la cual he titulado: “Entre la vida y la muerte”. Aunque como bien acabo de decir, no la tengo terminada. Posiblemente algún día no muy lejano, pueda finalizarla para presentársela a todos ustedes, y para que allá donde Don Rafael esté, se sienta orgulloso de aquel amigo que encontró en el sanatorio Nuestra Señora de los Llanos (Albacete) allá por 1977.
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Este cuento es punto y aparte. Nada tiene que ver con aquello que acabo de contarles, ya que esto ha sido sugerencia de una amiga mía que me dijo: “Josele, ¿por qué no escribes algo cortito a la Virgen para el día de la romería?”. Y aquí lo tengo. Quizás sea muy bueno para algunas personas, y para otras no tanto. Pero como alguien dijo en cierta ocasión: “No existe libro malo, del que no se aprenda algo bueno”.

Acabamos de empezar, poco a poco continuaremos entreteniendoles.